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9.09.2008

Los cafés de Bs. As. Época colonial (3)

Café de Los Catalanes

Todo El Café de los Catalanes estuvo impregnado de misterio por poseer un nombre hispano, cuando fue fundado por un gringo de origen ligur: don Miguel Delfino. Cuando este falleció, el comercio fue transferido a Francisco Migoni, también italiano. Lo refaccionó y le dio gran impulso hacia el año 1856.

Estaba ubicado en la esquina de Cangallo y San Martín y fue frecuentado por las familias más destacadas de la sociedad porteña. El local contaba con una espaciosa sala y un patio grande y muy hermoso. Allí se consumía: café, té, chocolate, candial, horchata, naranja y copas con bebidas alcohólicas. El frente del edifico tenía su entrada por la ochava esquinera y su portal tenía forma de ojiva; del dintel de la puerta pendía un toldo que servía en la temporada de lluvias para esperar los carros o coches. Dos ventanales muy grandes escoltaban lateralmente la ochava.

Fue algo particular de este lugar su manera de servir el café con leche, lo hacían en grandes tazones que se llenaban hasta desbordar y cubrir luego el plato que lo sustentaba, se le entragaba al cliente una sola medida de azúcar, no refinada, envasada en una lata; el parroquiano vertía el azúcar en el tazón y recién después, el mozo servía el café con leche hasta el desborde. El servicio se completaba con tostadas cubiertas con manteca y una capa de azúcar.

Vicente Fidel López afirma que fue muy frecuentado en la época previa a la Revolución de Mayo. En este café se reunieron los primeros grupos que organizaron reacciones contra el virrey y su régimen. Allí estuvieron: Pancho Planes, Víctor Fernández Grimau, Enrique Martínez, Fontuzo, Voizo y otros jóvenes que reunían a la gente para atraerla hasta el centro y así organizar manifestaciones que pedían la renuncia del virrey. Este café estuvo totalmente ligado a lo popular de la Revolución de Mayo. Existió hasta el año 1873.

Fonda de La Catalana

Como muchas otras fondas, también cumplía la función de café. Estaba ubicada en la esquina que hoy ocupa el Banco Hipotecario Nacional. Era un lugar muy especial, llamado los Altos de los Escalada. Eran muy pocas las casas de altos que existían en esa época, y la de los Escalada era una de esas pocas. La fonda estaba en la planta baja, arriba de esta, habitó la familia Escalada, donde nació Remedios, la esposa del general San Martín. Hacia 1812, era una de las cinco casas de alto que existían en la ciudad. Cuando la familia Escalada la abandonó lo hizo para trasladarse a la esquina de Cangallo y San Martín. A partir de ese momento, la casona fue ocupada primero como hotel y después como cuartería. Circunstancias de la picardía porteña la bautizaron como los Altos de la Cuartería o la Balconada, dado que al quedar convertida en casa de inquilinato, las personas que la habitaban usaban los balcones para refrescarse en el verano. Pero a pesar de todo esto, en la cuadra se seguía destacando La Catalana. José Antonio Wilde, en su libro Buenos Aires, 70 años atrás, cuenta que su dueña era rubicunda, bien agraciada y servía las comidas españolas con mucho esmero, entre los platos que allí se servían se destacaba el mondongo a la catalana.

Café Dos Amigos

El día de la inauguración de este café, dos acontecimientos conmovieron a Buenos Aires, uno fue la inauguración de la navegación de vapor en el Río de la Plata, un viaje que se realizó a San Isidro con 40 personas a bordo. Las quintas de San Isidro recibieron en el arroyo Sarandí a la embarcación impulsada en forma mecánica. El otro acontecimiento fue la noticia de que en la ciudad de Lima había sido asesinado Bernardo de Monteagudo. Estos acontecimientos empañaron la inauguración de este café que nunca tuvo trascendencia.

Café de La Victoria

Se sostiene que La Victoria era el más caro de los cafés de Buenos Aires. A él asistían las personas aristocráticas de la colonia. Era el lugar de reunión de gente mayor y adinerada que adoraba el lujoso local, que tenía características del siglo XVIII en su decoración y que combinaba con enormes espejos. Quien lo frecuentó mucho fue Juan Cruz Varela, el vate de los unitarios, que encontraba en aquella decoración un ambiente ideal para su literatura clásica. Además, en La Victoria, el 27 de abril de 1827, se festejó el triunfo de la Armada Nacional en el combate de Los Pozos con un homenaje al almirante Brown.

Estaba ubicado en la calle Victoria N.º 121, según consta en la Guía de Comercio de Buenos Aires del año 1879. Por su ambiente aristocrático, los jóvenes con sus discusiones políticas no asistían a La Victoria.

Fonda de los Tres Reyes

En la calle del Fuerte, conocida en la nomenclatura de 1808 como la calle Arze, entre Rivadavia y Bartolomé Mitre estaba este solar. Allí concurrían muchos oficiales ingleses, que durante las invasiones y luego de ellas, se instalaron definitivamente en el Plata. También se reunieron allí los conjurados que acompañaban a Álzaga, en los días previos a los acontecimientos del 1.º de enero de 1809.

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