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5.10.2010

El Obelisco, un símbolo que define a Buenos Aires



La ciudad de Buenos Aires tiene símbolos que la definen, el principal es el Obelisco, en el cruce de las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Luce en pleno centro porteño desde el año 1936. Simboliza las dos fundaciones de Buenos Aires y el izamiento por primera vez de la bandera nacional en la iglesia San Nicolás.


Los obeliscos auténticos son monolíticos. O sea, están formados de un solo bloque de piedra. Fueron creados por los egipcios y tenían carácter religioso.


El Obelisco porteño, símbolo arquitectónico de esta ciudad, fue inaugurado la tarde del 23 de mayo de 1936, cuando el intendente Mariano de Vedia lo presentó en sociedad.


El Obelisco, una pirámide egipcia de 67 metros de altura diseñada por el arquitecto Alberto Prebisch, fue construido en conmemoración de la segunda fundación de Buenos Aires y se erige donde 470 años atrás estuvo el precario y grueso madero sobre el que juró, apoyando su espada, don Pedro de Mendoza.


Asimismo, recuerda el sitio exacto donde flameó por primera vez la bandera nacional, en la torre de la iglesia de San Nicolás, el 23 de agosto de 1812, donde hoy está la Plaza de la República, en el cruce de las avenidas Corrientes y 9 de Julio.


La idea de Prebisch, un arquitecto precursor del modernismo en la Argentina, fue resolver con elegancia y monumentalidad el triple cruce de estas dos importantes avenidas porteñas, a las que se agregaba Diagonal Norte.


La construcción, que adoptó la tradicional forma geométrica de origen egipcio demandó 680 metros cúbicos de cemento y 1360 metros cuadrados de piedra blanca y costó unos 200 mil pesos moneda nacional, durante la presidencia de Agustín P. Justo.


Los 150 obreros que levantaron el Obelisco y su diseñador debieron sortear la dificultad del paso de los túneles de las líneas de subte C y D, para lo que recurrieron a avanzadas técnicas de construcción mediante el emplazamiento de bóvedas en su fundamento.


Técnicamente, el edificio es una estructura hueca con una sola puerta de entrada y cuatro ventanas en su cúspide, a la que sólo se puede llegar por una escalera recta, de aproximadamente 200 escalones.


En un principio estuvo recubierto por roca calcárea de San Luis, pero los movimientos provocados por el paso del subterráneo provocaron numerosos desprendimientos y obligaron a sus constructores a quitar la roca y pintar su cubierta con pintura al látex, como se lo observa hoy.

Ana Cristina Misenta

1 comentario:

Zebra dijo...

Muy buena foto. La verdad es que la visita por el interior del obelisco que se puede ver en la película "Pizza, Birra y Faso" me da envidia. Es una lástima que esta visita no se pueda realizar más, habrá que contentarse con mirarlo desde atrás de las rejas o saltar las mismas en un impulso por quebrar las leyes y abrazarlo un rato, pero no es del todo recomendable ya que la zona es de las más transitadas de Bs.As. y hay muchos policías rondando todo el tiempo.

Josefina - Alojamiento en Buenos Aires